martes, 5 de marzo de 2013

I left my wallet in el segundo

habrá plustrabajo en la mano de obra calificada
Ayer se terminó la relación que venía teniendo con una chica desde hacía casi un año.
Por suerte, mejor dicho, por la madurez de las partes que estaban contractualmente vinculadas, terminó todo bien:
Nos juntamos a charlar tomando algo, me dijo que estaba enamorada, le agradecí el cumplido, me aclaró que no era de mí, le agradecí la honestidad, me pasó la taza, le agradecí el gesto.  Y resulta que así fue.

Como corresponde a todo proceso de separación, nos dijimos cosas muy honestas y cargadas de sentimiento, a saber:

Siempre que estabamos con el otro, nos guardabamos los pedos
Esto es algo que deseo poder cambiar en el futuro. Hay una libertad que solo conozco de ver tele y hablar con gente más cool que yo, en poder tirarse pedos frente a/con la pareja. A lo sumo acordar que si es algo fuerte, te lo respirás todo vos, o algo así. Me imagino en un futuro una relación tan integral y profundamente ligada que los pedos ajenos se conviertan hasta en competencia divertida. Un hombre puede soñar...


Nos deseamos lo mejor
Es algo que parece muy evidente, borderline tonto dicho así nomas. Pero detenete un segundo a pensar. ¿Con cuantas personas tuviste una relación medianamente duradera y partieron en buenos términos? En honestos buenos términos? No solo en honestos buenos términos sino esperando activamente que la otra persona consiga todo lo que quiere y la pase genial y sea tanto o más feliz de ahora en más de lo que fue estando con vos?

Comparado a lo que suelo escuchar "en el mismo grupo etario y nivel socioeconómico y haciendo un recorte demográfico pertinente", es decir la gente que me habla, mas o menos,  esto no es moco de pavo. Ni moquito de pavita. De hecho es un jodido logro que habla de un buen auto-cuidado. Si esto fuese una revista de esas yankis boludas, diría que es un achievement en el camino del self-improvement.  Por suerte no, no es el caso. La mayoría de mis respuestas son [◙] así que me da que soy honestamente autointeresado, pero que conoceré a mi amor en unas vacaciones místicas en Hawaii.

Reconocimos lo que sentíamos
En mi caso fue muy fácil, yo estaba terriblemente incómodo, pero cuando me cambié de asiento pudimos hablar lo más bien. Sabíamos que no entramos a esto enamorados profundamente, y habiendo estado los dos enamorados en algún punto de nuestras vidas reconocimos las señales. Pudimos apreciar las experiencias positivas del tiempo que tuvimos juntos, las divertidas manchas que quedan en el colchón, los hábitos que se nos hacían fantabulásticos y otras sarasas.

Acordamos ser amigos
Esta es la parte difícil. Juntá a un retardado social como yo con la carga de sentimientos!! y esperá que pase algo bueno sin que trate de escaparse por la ventana. Esto es en realidad un compromiso a verse en el tiempo. De acá a unos meses podré decir si esto fue un deseo irreal que duró menos que un pedo en un tornado, en otro tornado pero que gira para el otro lado, o si realmente hemos podido mantener una amistad que trasciende la chanchada. Es un esfuerzo de a dos. Que sean otros dos, loco, hoy ando vago.


Así que eso ocurrió, y ahora la vida sigue.


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